diciembre 28, 2011

Más "terapias alternativas y complementarias" que no sirven

(Pese a publicarse el 28 de diciembre, este artículo no es, por desgracia, una inocentada. El despilfarro en brujería sigue cabalgando tan campante.)

El periódico Chicago Tribune publicó el pasado 11 de diciembre una investigación sobre algunos estudios del National Center for Complementary and Alternative Medicine (NCCAM, Centro Nacional para la Medicina Complementaria y Alternativa, que en realidad no es ni complementaria ni alternativa). Estudios hechos por científicos serios, con protocolos adecuados y pulcros, y que demuestran una y otra vez que las terapias extravagantes, descabelladas y supersticiosas no sirven para curar nada.

Así, por ejemplo, se gastaron 374.000 dólares para estudiar la afirmación de la aromaterapia de que el olor al limón y la lavanda ayudan a cicatrizar una herida (!). Resultó que no ayudan. Otros 666.000 dólares se fueron a un estudio para determinar si la oración a distancia (!!) podía curar el SIDA (!!!). Resultó que no pudo. 406.000 dólares más se fueron para pagar un estudio destinado a valorar la idea de que las lavativas de café curan el cáncer de Páncreas. Resultó que no lo curan. Y una cifra estremecedora de 1,25 millones de dólares (!!!!) se invirtió en determinar si los pacientes de cáncer avanzado se "sentían mejor" si les daban masajes. Resultó que sí, como todo el mundo, los masajes les hicieron "sentirse mejor"(!!!!!). Incluso, 104.000 dólares se fueron a las ideas de "curación energética" de una dama que dice que lee auras. Ni cura ni ve auras.

diciembre 24, 2011

La mala respuesta de los homeópatas

A raíz del estudio presentado por el grupo de trabajo del Ministerio de Sanidad sobre la inutilidad de las pseudoterapias, y en particular de la homeopatía, como en otros casos (recordamos las audiencias del Parlamento Británico que hace dos años llegaron a la misma conclusión, o los actos mundiales para demostrar que carece de efectos y que no tiene principio activo alguno o incluso las denuncias de que utiliza ingredientes inexistentes), los profesionales de homeopatía han reaccionado. En este caso, la Asamblea Nacional de Homeopatía, organización que reúne a la Sociedad Española de Medicina Homeopática, la Academia Médico Homeopática de Barcelona y la Federación Española de Médicos Homeópatas ha hecho públicas dos cartas de respuesta, una para el Ministerio de Sanidad y otra para la prensa (con la salvedad de los diarios El País y La Vanguardia, por motivos que no explican).

Samuel Hahnemann, inventor
de la homeopatía
(Imagen D.P. vía Wikimedia Commons)
Para comentar estas cartas, recordemos que el único elemento esencial de todo este debate es si las prácticas homeopáticas, claramente definidas por Samuel Hahnemann a fines del siglo XVIII y principios del XIX y que no ha sufrido cambio relevante alguno desde entonces (piense en lo que todas las ciencias han avanzado en estos 200 años) funcionan.

¿Qué es funcionar? Por ejemplo, los antibióticos funcionan porque matan bacterias infecciosas y esto se puede demostrar en el laboratorio, en animales y en la práctica clínica; las vacunas funcionan porque aumentan la resistencia del organismo a algunas infecciones virales y esto se puede demostrar en el laboratorio y en la práctica clínica (y con éxitos tan arrolladores como la erradicación de la viruela y la casi erradicación de otras terribles enfermedades como la poliomielitis o la tos ferina en los países donde existen programas de vacunación);  los antihipertensivos funcionan porque reducen la tensión arterial prolongando la vida de muchísimos pacientes (y esto se demuestra no preguntándole al paciente si se siente mejor, sino midiendo su tensión arterial), y demás. "Funcionar" no significa que uno diga "a mí me funciona".

La homeopatía no tiene principios
activos como la adrenalina.
sustancia que salva vidas.
Algunas pruebas de funcionamiento son espectaculares. La insulina, por ejemplo, controla en minutos los niveles peligrosos de azúcar en sangre, cosa que se puede medir sin que el paciente responda a una encuesta. La adrenalina recupera al corazón de una parada y permite tratar el choque anafiláctico de alergias violentas que sin ella producen la muerte casi con certeza. En casos así, no es necesario un estudio elaborado con varios pacientes a ver si unos pocos más de ellos que los esperables por el efecto placebo  reaccionan al medicamento. La homeopatía, empero, no tiene ningún preparado que haya demostrado funcionar con esa contundencia. Y esto lo confirman continuamente los investigadores biomédicos.

Lo único que importa, una vez que sabemos qué es la homeopatía, es si funciona. Ni siquiera importa que de ser cierta sería mentira todo lo demás que sabemos de física, química y biología. Si funcionara, habría que reescribir todos los libros de ciencia, sí, pero eso les gusta muchísimo a los científicos, que de eso viven, de descubrir cosas nuevas y asombrosas, no de creer ciegamente en lo que se creía hace 200 años. Así, los motivos teóricos por los que el funcionamiento de la homeopatía es tan improbable como la existencia del Ratoncito Pérez tampoco son concluyentes, aunque resulten llamativos. Si la homeopatía funcionara, no importaría que fuera improbable. Pero no hay ningún estudio, en 200 años, que demuestre que funciona. Lo que hay es gente que dice que sí hay esos estudios, a ver si alguien les cree.

La carta de la Asamblea Nacional de Homeopatía a la prensa y nuestros modestos comentarios.
Estimados/as señores/as: 
Esta es una comunicación de la Asamblea Nacional de Homeopatía, órgano de representación de la mayor parte de los médicos, veterinarios y farmacéuticos homeópatas españoles, en referencia al artículo sobre la acción de la Homeopatía publicado en la prensa escrita, radio y televisión el pasado martes, día 20 de diciembre. Estas informaciones eran una interpretación del Informe del Ministerio de Sanidad a propósito de las terapias complementarias, entre ellas la Homeopatía. Se trata del: “Análisis de situación de las terapias naturales” elaborado por el Grupo de Trabajo de Terapias Naturales del Ministerio de Sanidad Política Social e Igualdad a instancia de la Proposición no de Ley de la Comisión de Sanidad y Consumo del Congreso de los Diputados aprobada el 11 de diciembre de 2009. 
Queremos destacar las conclusiones muy parciales y erróneas extraídas del informe emitido por el Ministerio de Sanidad a propósito de las terapias complementarias en general y sobre la Homeopatía en particular y a su vez, nuestro opinión de que la metodología utilizada y las conclusiones del estudio son erróneas. También queremos destacar la falta de participación de las principales instituciones homeopáticas españolas, y los grupos de investigación más destacados en Homeopatía en nuestro país.
Las conclusiones son llamadas, sin más, "muy parciales y erróneas", pero en ningún momento los autores de esta carta demuestran que son "parciales" (¿hacia qué?) y menos que sean "erróneas". La simple declaración no basta. Del mismo modo, no es serio afirmar que "la metodología utilizada y las conclusiones del estudio son erróneas" si no se señala cómo y por qué. La metodología científica no es nada caprichoso, está muy claramente definida, y eso permite precisamente la crítica de los estudios, mostrando sus fallos metodológicos, no sólo afirmándolos como asunto de fe. No se trata de un argumento, sino de un ataque donde los adjetivos ocupan el lugar de los razonamientos.
De la atenta lectura de dicho informe no se puede concluir que la acción de los medicamentos homeopáticos se deba al efecto placebo, tal y como refleja su medio de comunicación. Por ello, consideramos que ha sido un error por su parte el titular que han utilizado para dar a conocer la noticia, ya que el contenido del informe no lleva a esas conclusiones publicadas. Esta es nuestra opinión en relación al tratamiento que se le ha dado a la noticia, pero hay otro punto que queremos destacar: nuestra opinión respecto al informe propiamente dicho.
¿Por qué no se puede concluir eso, si estudio tras estudio no se llega a otra conclusión? Bien podrían argumentarlo y no simplemente afirmarlo propagandísticamente, y callar a los críticos mostrando los estudios que así lo señalen. A cambio hay trabajos como el odiadísimo (por los homeópatas) metaanálisis publicado en la revista médica The Lancet en 2005, al que han atacado virulentamente pero sin demostrar (y lo han intentado) que su metodología y conclusiones fueran erróneas (la conclusión sustenta la noción de que "los efectos clínicos de la homeopatía son efectos placebo"). El que los homeópatas "opinen" que esto no es cierto es irrelevante. Las opiniones no tienen ningún valor probatorio.
En la elaboración del informe del Ministerio de Sanidad solo se han tenido en cuenta una serie muy reducida de estudios, nueve en total, que han sido seleccionados mediante unos criterios subjetivos mal definidos (sesgo de selección), omitiendo los resultados de estudios clave y los estudios posteriores a Marzo de 2007, algunos de los cuales son del más alto valor metodológico y positivos para la homeopatía. Por lo tanto, en muchos de los estudios y meta-análisis no contemplados por el Instituto Carlos III (más de 200 artículos publicados en revistas de referencia) se demuestra repetidamente que la Homeopatía funciona como método terapéutico y con un efecto superior y distinguible del placebo. Tampoco se han tenido en cuenta las experiencias en sanidad pública a nivel internacional que avalan la seguridad, eficacia y relación coste-beneficio favorables a la homeopatía. 
Nunca habrá estudios suficientes para los creyentes en una pseudoterapia si no les dan la razón, por bien hechos que estén. Lo que les haría falta tener son estudios bien hechos que demuestren que su práctica funciona, y ésos no los aportan. No justifican por qué consideran "pocos" los estudios y por qué son "sesgados", cayendo en una falacia de autoridad: esperan que sus opiniones sean aceptadas porque son homeópatas y tienen una organización, aunque no den datos, hechos, evidencias y estudios. Acusan a los expertos médicos de no tener en cuenta esos estudios posteriores a marzo de 2007 a los que les atribuyen (también gratuitamente y sin sustentarlo) "el más alto valor metodológico", pero no los muestran. Menos aún dicen cuáles son las "revistas de referencia", si son journals científicos rigurosos o revistas especializadas de pseudomedicina con aspecto de publicaciones serias donde suelen publicarse estudios cuyos errores metodológicos y falta de fiabilidad y reproducibilidad hacen que no los acepten para su publicación en las revistas médicas de verdad. El último argumento, la relación "coste-beneficio" tampoco es probatoria y ni siquiera relevante científicamente, aunque pueda ser un argumento político: "no sirve para nada, no hay pruebas de que funcione, pero es baratísima".
El conocimiento de este dato es suficiente para darse cuenta que por nueve artículos no se puede evaluar todo un método con más de 200 años de historia con el que se ha tratado a millones de personas de todo tipo de condición sociocultural, y que sólo aquí en España es utilizado por más de 10.000 médicos, siendo además el grado de satisfacción en las personas que se tratan con Homeopatía superior al 80%, como recoge un estudio que se ha hecho público recientemente.
Aquí tenemos un ejemplo claro de la falacia de "apelación al pueblo" o "argumento ad populum". ¿Todas las disciplinas, creencias o prácticas que tienen más de 200 años tienen por ello una validez real? Por supuesto que no. La esclavitud o la sumisión de la mujer tienen más años y no por eso se pueden defender. Tampoco importa cuántas personas -ni de qué condición sociocultural- hayan sido tratadas con homeopatía ni cuántos médicos (o no médicos) las hayan tratado, sino las pruebas de que dicho tratamiento es eficaz. Y, por supuesto, el grado de satisfacción de los pacientes tampoco es una prueba de verdad. Sabemos que durante cientos de años del medievo, millones de personas fueron tratadas con salvajes sangrías por parte de muchísimos cirujanos, y muchos expresaban su satisfacción ante el procedimiento, nada de lo cual sería argumento para sacarle a nadie dos cuartillos de sangre para "equilibrarle los humores". Los millones de clientes del tarot (con sus 500 años de existencia y sus miles de videntes con y sin turbante) también suelen estar muy satisfechos, por cierto.
De la lectura atenta del informe se desprende que los medicamentos homeopáticos son seguros, que por su idiosincrasia precisan un modelo científico especial adaptado a sus características, y que estamos en los inicios de su evaluación con criterios científicos, pues ésta ha comenzado hace poco.
Tres ideas totalmente distintas envueltas en un mismo paquete para regalo.

a. Los preparados (que no medicamentos) homeopáticos son seguros. Por supuesto que lo son, porque no tienen ningún principio activo, como se ha demostrado hasta la saciedad. Al tratarse únicamente del "excipiente" (agua, lactosa, sacarosa, etc.) y no tener ninguna otra sustancia que pueda afectar a un organismo vivo ni positiva ni negativamente, por supuesto que es "seguro" (salvo para los intolerantes a la lactosa, claro). Eso no es un argumento válido para sustentar su eficacia. Hacer pases mágicos sobre una persona con cáncer también es totalmente seguro, pero es un pobre argumento para validar los pases mágicos como intervenciones terapéuticas para la oncología.

b. Se afirma que la homeopatía "por su idiosincrasia" (o sea, sus "rasgos, temperamento, carácter", según la RAE, atributos humanos y no de las disciplinas) precisa de un modelo científico especial. Es decir, todo el universo, lo macroscópico y lo microscópico, la herencia genética, el ADN y los neurotransmisores, los nutrientes y los ácidos, la electricidad, la gravedad y la fabricación de plásticos, los virus y las bacterias, los cometas y los aviones, pueden ser sometidos a estudio por una metodología científica común... pero la homeopatía exige ser liberada de las exigencias de la ciencia y tener un "modelo especial". Cosa cuando menos curiosa cuando párrafos atrás se reclama que la ciencia (la real, la que se usa para todo el resto del universo) sí validaría a la homeopatía. La contradicción es clamorosa.

c. Finalmente se dice que "estamos en los inicios de su evaluación con criterios científicos". De nuevo hay contradicción, ¿criterios científicos normales, comunes y útiles para todo lo demás o "un modelo científico especial"? Y por supuesto hay una declaración de irresponsabilidad aterradora: durante 200 años los homeópatas han intervenido en la salud de millones de personas sin nunca haber evaluado científicamente la eficacia y bondades de sus prácticas. Compárese esto con las profundas evaluaciones científicas que precedieron a la aplicación de la primera vacuna contra la rabia de Pasteur, o el proceso de descubrimiento, estudio y finalmente aplicación clínica de la penicilina. Aquí, los firmantes reconocen lo que se les reprocha: no tienen estudios científicos que validen que sus prácticas funcionan. Lo demás es escenografía y márketing. Y lo razonable sería que  primero demostraran su validez y después pidieran reconocimiento, no al revés.
Otro punto importante es que aunque el resultado de este informe fue remitido a algunos colegios profesionales y algunas comunidades, no fue enviado ni se recibió en las principales Asociaciones Homeopáticas Nacionales: ni en la Federación Española de Médicos Homeópatas, ni en la Sociedad Española de Medicina Homeopática, ni en la Academia Medico Homeopática de Barcelona. Estas asociaciones, agrupadas en el seno de la Asamblea Nacional de Homeopatía, cuentan con médicos, veterinarios y farmacéuticos homeópatas, disponen de equipos de investigación en homeopatía que conocen todo lo referente a los estudios del más alto estándar científico, y dirigen programas de investigación científica y formación universitaria de postgrado y Másters en Homeopatía, por lo que es sorprendente que no fueran consultadas.
¿Por qué es sorprendente esto? La ciencia y los estudios científicos (y lo comentábamos hace apenas unos días en este blog) son verificables de modo independiente. No es necesario que nadie consulte a un físico para comprobar que el agua hierve a 100 ºC a una presión de 760 mmHg en nuestro planeta, o que la penicilina mata bacterias en una caja de Petri. En este caso, están afirmando que ellos conocen "estudios del más alto estándar científico" (otra vez, ¿normal o especial?) que no conocen los redactores del estudio, pero que no aportan. Aseguran además que hacen investigación, pero tampoco aportan las publicaciones científicas en las que están tales publicaciones, y sería de esperarse que la carta diera referencias de la publicación de los estudios de los que tanto habla y tan poco referencia.
Dicho todo esto, nos ponemos a su disposición para asesorarles respecto a todo lo referente a la Homeopatía, y así poder transmitir a la población una información más fidedigna.
Se declara sin demostrarlo que la información que se dio a la población es poco fidedigna y se ofrece "asesoría". Por supuesto, sería mejor que se dieran los estudios que demuestran que la homeopatía funciona, y ésos no han aparecido nunca según informan los científicos dedicados al tema.

---------------------------------

Se podría argumentar que una carta para los medios es solamente propaganda y márketing, y que no debe tener rigor alguno, aunque afortunadamente los científicos en general tratan de ser bastante rigurosos en sus comunicaciones al público en general, pero la carta al Ministerio de Sanidad y otras instituciones tampoco es mejor.
(Carta a las Instituciones políticas, Ministerio de Sanidad, Consejerías de Sanidad, Colegios de médicos, Socios de todas las Asociaciones… )


Respuesta al dictamen sobre Homeopatía emitido por el Ministerio de Sanidad y el Instituto Carlos III, el día 19 de diciembre de 2011 
La Asamblea Nacional de Homeopatía, en tanto que entidad reconocida por la Organización Medico Colegial (OMC), el Ministerio de Sanidad y los grupos parlamentarios, como interlocutora oficial de la homeopatía en España, y a su vez, como entidad que agrupa a la gran mayoría de los médicos colegiados, asociaciones, academias, farmacéuticos homeópatas, veterinarios homeópatas, y a grupos universitarios y de investigación, queremos manifestar nuestra total disconformidad con el dictamen sobre la Homeopatía emitido por el Ministerio de Sanidad-Instituto Carlos III del día 19 de diciembre de 2011, por los siguientes motivos:
1               En primer lugar, y como punto fundamental, hay que destacar que el estudio en cuestión y el posterior dictamen han sido elaborados por una comisión de la que no han formado parte ni los Colegios de Médicos, ni de Farmacéuticos, ni los verdaderos expertos en el tema, que son los profesionales nombrados en el párrafo anterior.
Aunque así se enuncie, este punto no es "fundamental" en modo alguno. Los colegios de médicos y de farmacéuticos y sus integrantes no son "los verdaderos expertos" en el funcionamiento y eficacia de los medicamentos, labor que es más bien responsabilidad de quienes trabajan en las áreas de bioquímica, biología molecular, farmacodinámica y biomedicina y dan a los médicos las herramientas que aplican aplicar profesionalmente. Pero los médicos no suelen ser investigadores ni expertos en cada uno de los muchos campos científicos de los que reciben la información que emplean. Reducir la medicina actual, altamente interdisciplinaria, a un asunto de autoridad (como la de los médicos precientíficos) es faltar a la verdad. Si el método es correcto no importa quién hace el procedimiento, deberá obtener los mismos resultados.
2               La comisión de estudio del Instituto de Salud Carlos III tampoco contó con la asesoría directa de especialistas en investigación en homeopatía, sociedades científicas y departametnos universitarios. Aunque el documento inicial se remitió a algunos colegios profesionales y a algunas comunidades autónomas, no fue enviado ni se recibió en las principales Asociaciones homeopáticas Nacionales: ni en la Federación Española de Médicos Homeópatas, ni en la Sociedad Española de Medicina Homeopática, ni en la Academia Medico Homeopatica de Barcelona, todas ellas agrupadas en la Asamblea Nacional de Homeopatía, las cuales disponen de equipos de investigación en homeopatía, con los conocimientos de los estudios del más alto estándar científico, y a su vez dirigen los programas de investigación científica y formación universitaria de postgrado en Másters Universitarios de Homeopatía en varias universidades españolas.
Misma falacia que en el punto 1. Si funciona, funciona aunque no haya homeópatas asesorando nada. Además, afirman que hay especialistas en investigación en homeopatía, sin nombrarlos y sin señalar los estudios que han publicado ni dónde. Como en la carta anterior se habla de "estudios del más alto estándar científico" sin señalar cuáles son y remitiéndolo todo a la falacia de autoridad una vez más.
3               En la elaboración del citado informe solo se han tenido en cuenta una serie muy reducida de estudios, nueve en total, que han sido seleccionados mediante unos criterios subjetivos mal definidos (sesgo de selección), omitiendo los resultados de estudios clave y los estudios posteriores a Marzo de 2007, algunos de los cuales son del más alto valor metodológico y positivos para la Homeopatía. En muchos de los estudios y meta-análisis no contemplados por el Instituto Carlos III (más de 200 artículos publicados en revistas de referencia) se demuestra repetidamente que la Homeopatía funciona como método terapéutico y con un efecto superior al placebo.
 Véase el tercer comentario (marcado con tres asteriscos ***) a la carta anterior, dado que el párrafo es idéntico.
4              No se tuvieron en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni las aportaciones que en el campo de la salud pública han llevado a cabo diversos Ministerios de Sanidad a nivel internacional (en Reino Unido, Alemania, Francia, Suiza, Brasil, India, Cuba, Austria, Sudáfrica, Ecuador, Costa Rica, Italia y México, entre otros) que avalan la seguridad, eficacia y relación costo-beneficio favorable para la homeopatía. Su efectividad y ausencia de efectos secundarios han sido confirmadas repetidamente en grupos de enfermos, experimentadores sanos, animales de compañía y de granja y en cultivos celulares animales y vegetales.
Sería útil que señalaran cuáles son las recomendaciones de la OMS a las que hacen referencia. Fuera de reconocer la existencia de prácticas pseudomédicas diversas (no su eficacia), la OMS con frecuencia hace advertencias contra el uso de terapias no demostradas como la homeopatía en el tratamiento de enfermedades mortales. Pero, nuevamente, el que muchos países políticamente acepten la homeopatía u otras prácticas, por motivos económicos, tradicionales, de complacencia ante las creencias de los electores o por otro motivo no es una validación de la eficacia. La única validación serían pruebas claras que demostraran que funciona.
5. Tampoco se han considerado en el citado estudio, el espíritu de leyes y dictámenes oficiales de mayor rango que ya existen en España y que conceden reconocimiento a la homeopatía:

a. Real Decreto de Centros y Servicios Sanitarios 1277/2003.

b. Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS).
c. Ley del Medicamento del 2006.

d. Decreto de fabricación de medicamentos homeopáticos en 2007.
e. Así como las sentencias favorables por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (2007 y 2009) y Tribunal Supremo (2011).
f. Tampoco se ha tenido en cuenta la aprobación por la Organización Médica Colegial de España (OMC) de la Homeopatía como Acto Médico y de la propia Comisión de Deontología y Visado de la OMC que reconoció en 2007 que existen estudios científicos que avalan a la homeopatía.
g. En el mismo sentido tampoco se ha recogido en el informe la aprobación por unanimidad de los grupos parlamentarios de una proposición no de ley (PNL) donde se solicitaba (2009) al Gobierno el desarrollo de la Homeopatía como Acto Médico y donde el medicamento homeopático se consideraba oficialmente como un medicamento y no como un placebo.
El argumento adolece de los mismos problemas del párrafo anterior. Que los políticos decreten, legislen y acuerden en grupos parlamentarios es un asunto político que no demuestra nada. Podrían decretar que la genética es falsa (lo hizo Stalin) o que las pirámides curan enfermedades (lo ha hecho el gobierno cubano), y ello sigue sin demostrar nada.
6. La conclusión a la que llega el estudio de que "la eficacia de estas técnicas, medida en ensayos clínicos, no ha sido demostrada en casi ningún caso", es falsa y no se ajusta a la realidad, ya que múltiples estudios clínicos y meta-análisis han demostrado repetidamente que la Homeopatía funciona como método terapéutico y con un efecto superior y distinguible del placebo. Esta demostración se basa en numerosos trabajos que no han sido contemplados por el Instituto Carlos III.
Véase el tercer comentario (marcado con tres asteriscos ***) de la carta anterior. Si hay demostraciones en "múltiples estudios" y "numerosos trabajos", lo que se debería valorar son esos estudios, y nada más. Pero los firmantes de la carta no referencian tales estudios y trabajos cuando sería lo razonable en una comunicación que pretende desautorizar un estudio.
Conclusión: Por todo lo expuesto, pediremos al nuevo Gobierno y a la nueva Ministra de Sanidad que se realice de forma rigurosa un nuevo informe en el que trabajen conjuntamente una comisión ministerial y una comisión de expertos en la materia, entre los que figuren representantes de las diferentes Sociedades Médicas de Homeopatía y de otras Terapias Médicas No Convencionales así como representantes de la Asociación de Farmacéuticos homeópatas, de Veterinarios homeópatas y de los Colegios profesionales de médicos y farmacéuticos.
Se debería hacer un nuevo informe, ciertamente, pero sólo si los interesados aportaran los estudios que lo justificaran. Si no, es tirar el dinero, perder el tiempo y alentar la superstición. El problema una y otra vez ha sido que los proponentes de la homeopatía no han podido realizar un solo estudio serio y adecuado en su metodología experimental y de análisis estadístico en el que un preparado homeopático funcione. Simplemente que funcione. No basta afirmar que hay tales estudios y trabajos, hay que mostrarlos. Y basta dar la referencia, no es necesario hacer reuniones políticas, emitir documentos de propaganda ni hacer acusaciones varias. Los científicos se conforman con el título, volumen, fecha y página de la revista donde se publicó el estudio, la crítica, la replicación, etc.

De otro modo, un nuevo informe sólo servirá a intereses corporativos, económicos y políticos, y no a los genuinos intereses de los pacientes y a su derecho a recibir tratamientos de efectividad comprobada certeramente por los mejores datos científicos de los que disponemos en el momento, y sujetos a los más estrictos reglamentos, controles y supervisión, algo que, por cierto, no tiene ninguno de los preparados homeopáticos.

diciembre 21, 2011

El ocultismo y la verificación independiente

Uno de los más grandes logros de la historia del conocimiento humano fue el desarrollo de procedimientos adecuados y contrastables para determinar la veracidad o certeza de una afirmación.

Locomotora de vapor
(fotografía © Mauricio-José Schwarz)
Tomemos, por ejemplo, la afirmación: "el agua hierve a 100 ºC a una presión atmosférica de 760 mmHg" (que es, por definición, la presión al nivel del mar en nuestro planeta). Cualquiera que tenga agua, fuego, un barómetro y un termómetro puede constatar esta afirmación. No necesita haber sido tocado por fuerzas preternaturales, no necesita ser un iluminado, no necesita haber pasado por un proceso de "limpieza espiritual" y, por supuesto, no necesita creer en absolutamente nada. Le bastan las definiciones de "agua", "hervir", "100 ºC" y "760 mmHg", así como algunos aparatos para medir objetivamente los acontecimientos para hacer un experimento y constatar que la afirmación es verdadera. Como verdaderas son sus implicaciones: a menor presión atmosférica, el agua hierve a menor temperatura y viceversa, de un modo predecible que nos permite conocer las leyes que describen el comportamiento del agua, la presión y la temperatura. Y esto, a su vez, le ha permitido al ser humano logros tan relevantes como hervir agua para hacer vapor y usar el vapor para crear máquinas asombrosas que, entre otras cosas, facilitaron los viajes, reduciendo el mundo y disparando la revolución industrial.

Cualquier otra persona en cualquier lugar del mundo puede verificar esa afirmación de modo independiente, sin que importe su color, género, preferencia de equipo de fútbol, estatura o capacidad para bailar el tango. Gracias a que distintas personas confirmaron que esto era así, podemos aceptar como certero que "el agua hierve a 100 ºC a una presión atmosférica de 760 mmHg" y se pudo investigar por qué y qué significaba eso.


Sir Francis Bacon
pionero del método científico
(Wikimedia Commons)
Este procedimiento se conoce como "verificación independiente" de las afirmaciones. La aparición de este concepto en el pensamiento humano alteró de modo radical la aproximación de nuestra especie a la realidad. La idea, que ya había sido propuesto por la filosofía en distintos momentos, generalmente con poca suerte, floreció en el siglo XVI de la mano de Francis Bacon, Galileo, Copérnico, Leonardo Da Vinci y otros personajes que empezaron a valorar y estudiar las afirmaciones del pasado, y que empezaron a hacer experimentos y utilizar la verificación independiente para asegurarse de que los resultados eran fiables. El resultado fue la revolución científica.

Antes de esto, las afirmaciones se valoraban según quién las decía (principio de autoridad) y según la lógica o aparente razón que las sustentaba, e incluso la elegancia, el buen decir, la simpatía, la gramática y la floritura del que hacía la afirmación, o incluso dependiendo de qué tan violento, atrabiliario y bien armado estuviera el que hacía la afirmación, de modo que podían imponerse verdades por decreto so pena de que se molestara alguien con poder y nos separara la cabeza del cuerpo, nos asara o cosa similar.

Por ejemplo, Aristóteles afirmó que los seres vivos podían surgir espontáneamente de la materia. Así, decía, los ratones provenían del heno sucio. Creía que el heno sucio se transmutaba y metamorfoseaba para convertirse en ratones, o simplemente que por ser heno sucio tenía la capacidad de sacar ratones literalmente de la nada.

Aristóteles
(Wikimedia Commons)
Y como lo dijo Aristóteles, esta afirmación (y muchas otras afirmaciones erróneas), se consideró verdad durante cientos de años en los cuales no resultaba buena idea decir que Aristóteles estaba equivocado en este punto, o en su afirmación de que las moscas tienen cuatro patas o las mujeres tienen menos dientes que los hombres o los objetos caen más rápido según su peso. Nadie consideraba necesario hacer un experimento, por ejemplo, reuniendo heno sucio sin ratones en un recinto hermético a ver si aparecían ratones. Ni siquiera se proponía públicamente contarle las patas a las moscas o los dientes a las mujeres y los hombres.

Seguramente algunos curiosos contaron las patas de las moscas, pero no sabemos qué pueden haber pensado, quizá creyeron que estaban ante una forma de moscas distinta de la conocida por el filósofo griego, o que esa mosca no era realmente una mosca, o bien que la vista les engañaba. Y alguno seguramente pensó que el viejo Aristóteles había metido la pata hasta el lóbulo de la oreja, pero prefirió no mencionar el detalle por apego a su vida, su integridad física y sus propiedades, o simplemente para mantener buenas relaciones con la sociedad a su alrededor que no estaba por la labor de dudar de la autoridad de Aristóteles.

La aparición de la visión científica permitió someter a cuestionamiento todas las afirmaciones sobre la realidad, diseñar experimentos (como el de Pasteur, que finalmente demostró que la generación espontánea no ocurría) y, sobre todo, permitir que muchas personas corroboraran (o refutaran) las más diversas afirmaciones. Así, cuando en el terreno del conocimiento científico se cuela una afirmación falsa, la confirmación independiente permite tarde o temprano extirparla y demostrar su falsedad, sean los rayos N, el fósil falsificado del hombre de Piltdown o la fusión fría.

El problema es que esa misma visión, esa confirmación independiente de las afirmaciones, esa apertura de los datos, métodos y procedimientos que exige lo que llamamos "método científico" ha permitido descubrir fraudes también en el terreno del ocultismo, desde los procedimientos de lectura en frío usados por supuestos médiums o videntes para dar la apariencia de que tienen ciertos datos hasta las afirmaciones de zahorismo, telepatía y otros elementos fundamentales para las creencias del ocultismo.

Los dueños y promotores
de las presuntamente
paranormales "Caras
de Bélmez@" nunca
han permitido que se
sometan a verificación
independiente.
(Fotografía: César Tort,
Wikimedia Commons)
Y es que los promotores del ocultismo (aquí meta usted todo lo que llaman "paranormal", "parapsicológico", "sobrenatural", "misterioso", "alternativo", "conspiraciones", "astroarqueología" y otras docenas de temas que se amontonan en revistas, congresos y programas de radio y televisión de los rarólogos) no verifican, se conforman con lo que les cuentan siempre y cuando sea emocionante, o provoque miedo, o "suene lógico". Les fascina lo que se les ocurre o se imaginan (o, por contra, lo que "no se les ocurre" como se hizo o que "no pueden imaginarse" cómo ocurrió, como si sus ocurrencias y limitada imaginación fueran la medida del universo) y salvo excepciones, no han demostrado interés en someter a estudio serio y real lo que se les ocurre o se imaginan. En los pocos casos en que ha habido apertura a la verificación independiente de sus acciones o afirmaciones, el resultado ha sido patético.

Lo que nos piden es que creamos cuanto nos cuentan sin comprobarlo, sin verificación independiente. Igual aceptar que pseudoterapias como la homeopatía pueden curarlo todo (hasta el cáncer, dicen con toda desvergüenza) pero sin estudios de cuántas personas con qué tipos de cáncer en qué etapas fueron tratadas y "se curaron", sólo porque alguien dice que otras personas se curaron y hay que creerle. O que los fantasmas graban voces en los aparatos de los creyentes, pero esto lo tiene usted que creer porque no hay modo de verificar independientemente que las grabaciones no sean accidentes, errores, malinterpretaciones, pareidolias o, simplemente, fraudes (porque esto nunca les pasa a los ingenieros de sonido profesionales que graban en estudios, en conciertos o que recopilan los sonidos de la naturaleza, sólo les pasa a los creyentes). O que hay "energías potentísimas" en los círculos de las cosechas que afirman son creados por naves extraterrestres... pero sin forma de que cualquiera llegue y mida esas misteriosas "energías" como puede medir la temperatura, la presión atmosférica, el voltaje eléctrico o la intensidad de la luz.

El ocultismo rechaza la verificación independiente porque sus practicantes sospechan, con buen motivo, que tal verificación podría lastimar sus profundas y sinceras creencias, o sus bien montados negocios. El camino del conocimiento también sirve para detectar la ignorancia y las fantasías.

diciembre 20, 2011

Pues otra vez: las "terapias alternativas" no curan

La ocurrencia política de buscar la forma de oficializar las supuestas "medicinas alternativas" (es decir, prácticas que afirman curar sin probarlo y desafiando todo el conocimiento certero que la humanidad ha reunido) para quedar bien con algunos votantes ha dado como resultado varias barbaridades que ya hemos relatado en este blog.

Ahora, el diario El País informa que se tiró el dinero en un estudio de la friolera de 139 terapias alternativas (y hay miles más) y al final se determinó lo mismo que en todos los estudios realizados una y otra vez a instancias de los creyentes, los negociantes y los alternativistas en general: no funcionan.

diciembre 02, 2011

Gripe A, el complot que no fue

Seguramente usted recuerda a la gripe A, gripe porcina, influenza porcina o gripe N1H1, nombres diversos dados a una gripe ocasionada por un virus de origen porcino que provocó el temor a una epidemia en 2009, en parte debido a los gritos histéricos del gobierno mexicano, que se inventó cifras de muertos e infectados durante varias semanas y provocó el pánico entre su población con una irresponsabilidad inexcusable, mientras que los medios hicieron su "serpiente de verano" poniendo en titulares durante semanas a cualquiera que estornudara y aumentando la preocupación del público en general en vez de informarlo, como lo relatamos aquí.

El riesgo de una epidemia que desbordara los servicios de salud y el hecho más que evidente de que la OMS es un organismo de prevención que tiene la obligación de trabajar planteándose el peor de los escenarios posibles llevó a que muchos países hicieran compras excesivas de vacunas contra la gripe A (que se elaboraron a toda prisa) y de antivirales. Si pasaba lo peor, estaban preparados.

Afortunadamente, lo peor no pasó. Esto no impidió que muchos desenfrenados tejieran y lanzaran para consumo público una serie de fantasías inquietantes e irracionales, muchas de ellas incluso contradictorias entre sí, como es fácil ver, y que fueran recogidas y repetidas acríticamente por los más diversos medios de comunicación. Destacaban:
  1. La gripe A había sido diseñada en un laboratorio y no era producto de un proceso natural.
  2. La gripe A había sido creada para matar a miles de millones de seres humanos.
  3. La gripe A había sido creada para vender vacunas y antivirales (la verdad es que los que afirman esto no tienen muy clara la diferencia entre ambos productos) para enriquecer a una farmacéutica sólo porque sí.
  4. La gripe A había sido creada para que nos obligaran a todos a vacunarnos con una vacuna que iba a matar a cientos de millones de personas (teoría propuesta por la siniestra monja Teresa Forcades i Vila, según la cual el fabricante de vacunas Baxter iba a cometer "bioterrorismo" y asesinatos a un nivel que ni Hitler imaginó) para controlar la población con algún objetivo no aclarado.
  5. La vacuna de la gripe A contendría virus vivos (aportación también de Teresa Forcades).
  6. La OMS tenía el poder de ordenarle a los países que vacunaran obligatoriamente a toda su población para matarlos (también parte de la historia de terror que se inventó Forcades, según la cual todo el mundo estaba de acuerdo con este genocidio menos ella y sus amigos, todos del mundo tremendista de las conspiraciones).
  7. La gripe A era "en realidad" una tapadera para distraernos de la crisis económica disparada en septiembre de 2008.
  8. "En realidad" la gripe era para obligarnos a vacunarnos para implantarnos chips que controlarían nuestra mente.
  9. Había fuerzas malévolas tratando de callar a los valientes que decían "la verdad" que era los ocho puntos anteriores, o algunos de ellos, o todos a la vez.
Había otras teorías aún más descabelladas (por alucinante que parezca) pero éstas no sólo tuvieron eco, sino que aún las siguen creyendo algunas personas que no se han percatado de que la evidencia va en contra de todas ellas.

No pienso repetir lo que ya dije en noviembre de 2009 cuando estaba en su apogeo el negocio promocional de la paranoia de la gripe A, que lanzó al estrellato a personajes como la monja Forcades, el argentino Julián Alterini, el peculiar Doctor Gérvas, ni repetiré la relación de estas ideas extravagantes con otras mucho más mortales como la del vendedor de vitaminas Matias Rath.

La OMS se equivocó en sus previsiones más oscuras... por suerte... Pero para entender el problema hay que imaginar el escenario inverso: la OMS, desatendiendo la función preventiva que tiene asignada según su reglamento y la ONU, dice que una determinada enfermedad "no tiene ninguna importancia" y no se plantea escenarios de riesgo... y resulta que la enfermedad se convierte en una horrible pandemia como la gripe española de 1918 matando a varios millones de personas. ¿Criticaríamos entonces a la OMS por falta de previsión y laxitud en sus funciones? Por supuesto, como a los constructores del Titanic por no dotar a su barco de suficientes botes salvavidas. Y con resultados bastante peores que los resultados del exceso de precaución ante un riesgo. Todo encargado de seguridad (alimentaria, médica, antiincendios o para partidos de fútbol) tiene la obligación de preverlo todo y prepararse para lo peor esperando, claro, que no ocurra. Se llama previsión. Salva vidas. Y hay que pensar de modo muy curioso para acusar a los diseñadores de barcos de "favorecer a los intereses de la industria de los botes salvavidas" por poner suficientes en sus cruceros.

Y hay que recordar que las previsiones de peor escenario de la OMS se basan en lo que sabemos de epidemiología, virología, medicina pública y otros asuntos sólidos y contrastables, no en fantasías de esquizofrenia paranoide o película B de adolescentes estadounidenses asesinados por un misterioso tipo con máscara.

¿Pero, qué tal todo aquello que los paranoicos con conexión a Internet o cámara de vídeo dijeron que estaba pasando, que iba a pasar, que había pasado, sin ofrecer ni un dato ni basarse en nada demostrable?

Resumiendo:
  1. No hubo nunca indicio alguno de que la gripe A fuera hecha en un laboratorio. Por el contrario, los expertos de verdad han estudiado el genoma del virus y de los virus conocidos históricamente y han podido reconstruir su historial, como lo publicaron en la revista Nature, desde que esta cepa aparece en 1957 y evoluciona con reorganizaciones de su genoma hasta la que provocó el brote de 2009. Wikipedia en español no da esta información, pero la resume la Wikipedia en inglés. Adicionalmente, ni en 2009 ni hoy tenemos la capacidad para "crear un virus en laboratorio" (tampoco la teníamos cuando apareció el SIDA, en 1981, pero el bulo continúa) y no hay expectativas de que en un futuro cercano se pueda hacer tal hazaña. Que por otra parte es innecesaria. Quien quiere causar destrozos lo tiene más fácil con el ántrax y otros sistemas bien conocidos.
  2. La población humana entre 2009 y 2011 aumentó en 200 millones de personas. O sea que el programa de "reducción de la población" sería un fracaso si existiera (no hay indicio alguno de que exista). Este aumento de personas, por otra parte, encanta a los que tienen el poder económico, porque los ven como mano de obra barata para bajar costes de producción y como parte de nuevos mercados a los qué venderles cosas, algo mucho más redituable que matarlos.
  3. La dueña de la patente del antiviral de referencia (el osetalmivir, que es sólo uno de los varios antivirales que actúan como inhibidores de la neuraminidasa de los virus de la gripe, impidiéndoles reproducirse), Gilead Sciences, no tuvo un buen año en 2009 en lugar de enriquecerse de modo delirante, y sus acciones no han vuelto a su máximo histórico de mediados de 2008. Otro tanto pasó con la empresa que comercializa el antiviral, Hoffman-La Roche, que tampoco ha recuperado su máximo de 2007 (véanse abajo los gráficos históricos del precio de sus acciones, haga clic en ellos para verlos en grande).
  4. No nos vacunamos todos, ni nos obligaron ni mucho menos, pero los que se vacunaron (en 2009, en 2010 y en 2011) no murieron por la vacuna. Bastante contundente, diría uno. Y a todo esto, no fue Baxter el monopolio de las vacunas, sino que ya en septiembre de 2009 la Agencia de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. aprobó cuatro vacunas de otros cuatro distintos fabricantes. Y ninguna mató a los vacunados. 
  5. Ni la vacuna que sigue existiendo para la gripe A ni ninguna otra utilizada jamás contiene "virus vivos" sin más. Sería, además, muy sencillo demostrar esa afirmación con un cultivo de una vacuna que se puede comprar comercialmente. Se trata de virus atenuados cuya calidad de "vivos" es en todo caso discutible, pero no son funcionales del mismo modo que los que producen la infección. 
  6. La OMS no podía, no puede, y no hay indicios de que en el futuro vaya a poder, ordenarle nada a ningún país. Esta impotencia la comparte con toda la ONU, que por ello no puede sino contemplar todo género de atrocidades y ver con desazón las muchas veces al año en que países grandes y pequeños se toman a chacota los acuerdos tomados por su Asamblea General.
  7. La preocupación por la gripe A fue y vino y no parece haber distraído a nadie de la crisis que sigue aquí... salvo a los que creen en las más descabelladas conspiraciones, claro. Ni qué decir que no tendría ninguna lógica armar un desmadre de estas proporciones con un objetivo tan patentemente bobo, pero bueno...
  8. Viendo la reacción de una buena parte del mundo ante la crisis financiera, no parece que un poder misterioso y maligno esté controlando las mentes de todos nosotros, ni con chips ni con rayos psicotrónicos ni con cualquiera de los muy variados --y contradictorios-- procedimientos en los que creen los fantasiosos de las conspiraciones. Y visto lo visto en los movimientos Occupy, de indignados y otros, que no amainan, más de un gobernante y poderoso querría sin duda poder controlar a los que les causan tantos dolores de cabeza por pensar distinto.
  9. Ningún conspiranoico profesional ha tenido ninguna dificultad, ni antes ni ahora, para difundir todo género de afirmaciones aventuradas e imaginativas, y moverse por el mundo encantados de la vida y sin necesidad siquiera de un guardaespaldas. Esto no pasa con quienes difunden información real o de otra forma efectivamente causan problemas a poderosos y violentos. Digamos Julian Assange, los políticos amenazados por grupos terroristas o periodistas mártires de la libre información como Anna Politkovskaya.

Desde el caso de la gripe A, tanto las sociedades como los gobiernos serán más cuidadosos respecto de las alertas de la OMS, y seguramente la OMS será también más cuidadosa y explícita (por ejemplo, aclarando que "pandemia" significa "enfermedad infecciosa con brotes en varios países de regiones distintas" y no "¡vamos a morir todos!"). Eso es bueno mientras no nos lleve a desatender la prevención.

Ahora esperemos que usted, lectora, lector, y todos los que mandaron viralmente los videos de la monja Forcades, de Gérvas o de Julián Alterini, horrorizados ante lo que iba a pasar, sea también más cuidadoso y cauto cuando se encuentre con la promoción del miedo y la paranoia, fantasías poco sustentadas y afirmaciones carente de pruebas, datos, hechos, evidencias sólidas y contrastables, y métodos serios. Que sea usted precavido ante los vídeos y cadenas de emails que nos llegan de personas que no tienen forma de saber lo que dicen, que no explican cómo obtuvieron la información y ciertamente no pueden probarla, y a falta de datos ofrecen frases aterradoras, demagogia y buenrollismo simulado.

Ya que estamos en esto... ¿recuerda usted que el mundo se iba a acabar en mayo de este año... y luego en octubre, y luego el 11/11/11? Pues tampoco se acabó. Recuérdelo cuando los mismos que le contaron estas trolas le quieran imbuir el pánico por el 21 de diciembre de 2012.